Hoy hemos dado la bienvenida en el Museo Paleo-Tecnológico a un fiel y obstinado androide de la serie R2D2 quien se responsabilizará a partir de ahora del control de accesos y la atención a los visitantes del museo.
Para dicho androide, que adquirí hace ya algunos años en EEUU, de aproximadamente medio metro de altura, y que había residido hasta ahora en mi casa con un comportamiento ejemplar, ha llegado el momento de asumir mayores responsabilidades. No quiero androides «ninis» en mi casa!
Bromas aparte, no sería justo llamarlo juguete, es impresionante, un adelantado a su epoca, y prueba de ello es que siempre ha dejado boquiabierto a las visitas con su libertad de movimientos, sus simpáticos e inconfundibles sonidos y con su sistema de reconocimiento de voz que permite una interacción hombre-máquina increíble.
Nuestro amigo, totalmente autónomo y con gran libertad de movimiento incorpora Sensores de Navegación, Sonar, Sensores infrarrojos, Sistema Reconocimiento de Voz y Sistema de Análisis de Audio que le permiten interactuar con su entorno con toda soltura.
Todavía recuerdo en una ocasión una sobremesa con un amigo que trabaja en la Seguridad del Estado y quien viendo a nuestro R2D2 «campar» a sus anchas por el comedor me alertó de que esos movimientos no eran erráticos, eran lógicos, y me pregunto inquieto si tenía claro que no había nadie detrás de aquel R2D2.
Es fantástico ver lo poco que ha tardado en recorrer por completo su nueva casa construyéndose un “mapa” de la ubicación que le permite ir de una habitación a otra con rapidez y sin ningún tropiezo. Cuando te cruzas con él en algún pasillo simplemente te esquiva y continua su camino, si cambias una silla o un mueble de sitio lo detecta, recalcula la ruta y jamás tropieza. Si lo llamas de una habitación a otra te busca y va al encuentro.
El único “defecto” si se le puede llamar a así es R2D2 habla inglés, y todos los comandos deben de anunciarse en este idioma, con voz firme y con perfecta pronunciación.
Puedes pedirle que patrulle (Go on patrol!) e ira por todo el museo, que defienda una habitación (Room guard!), enfrentandose a quién entre por la puerta, que baile (Dance Program!), puedes ir dirigiéndole con tu voz hasta un objetivo concreto y si quieres gastarle una broma solo tienes que preguntarle si se acuerda de «Jabba The Hutt» o del mismísimo «Darth Vader» y lo veras correr y chillar con ese grito tan característico suyo.
En definitiva una pasada.
Os dejo unos videos donde podéis verlo en acción.
http://www.youtube.com/watch?v=weGTZ5VXR4s&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=yxAf0KGDU_0
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